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26 de abril de 2018

Manadas

Todos juntos y por manadas. No ya contra el cargo político, sino contra la persona...

El caso Cifuentes ha puesto en evidencia la objetividad de algunos medios. Medios que hacen la función de electrodomésticos, ventiladores de determinados grupos ideológicos. Esa es la imparcialidad y la independencia de la que hacen gala en sus cabeceras.

Los mismos que defienden de manera teórica el Estado de derecho, son los que luego humillan a sus víctimas de manera pública y anticonstitucional, publicando noticias, vídeos y documentos que atentan y violan la intimidad y la dignidad de las personas, impidiéndoles ejercer el derecho que todo ciudadano tiene a defenderse con las mismas garantías que los demás.

Medios, adversarios políticos, del mismo partido, memes de ciudadanos. Todos juntos y por manadas hambrientas, organizadas y sin escrúpulos, obsesionadas y cegadas por el rastro de su presa. No ya contra el cargo político, sino contra la persona. Porque el que la difunta haya caído no le exime del olvido, ni implica que tenga un entierro justo. "Diarios" pensados para dejarle a uno "KO", a la mínima de cambio.

Agresiones que ponen de manifiesto la fragilidad dialéctica y argumental de sus adversarios, y el código ético y moral de los mismos. Un acoso continuado en donde solo se cuestiona a la víctima y no la actitud,  la superioridad numérica y vejatoria de sus agresores. Ni la inferioridad moral por la cual se  ven obligados a unir sus fuerzas para ensañarse de manera visceral con la vida profesional y personal de la presa.

Es muy probable que en vista de lo sucedido, partir de ahora sus señorías hagan públicos sus historiales médicos. Incluso será recomendable que todos los profesionales del país cuelguen sus títulos oficiales en sus despachos. A saber: originales, sellados, firmados, y a la vista. Porque un título bien enmarcado, visible y bien colocado, es mucho más importante que la experiencia y los valores que pueda tener su titular.

Perseguir la corrupción, incluso dentro de tu partido, tiene su castigo. Y algunos se han ofrecido voluntarios a la causa. La cleptomanía personal tratada ha ganado la batalla a la psicopatía social aun sin tratamiento, y no se sabe sin solución. Entre todos la mataron y ella sola se murió. Enhorabuena a todos los diplomados en la inferioridad moral de las malas artes.

José Luis Meléndez. Madrid, 26 de abril del 2018
Fuente de la imagen: commons.wikimedia.org

23 de abril de 2018

Estilos monárquicos

¿Es objetiva la sociedad en sus críticas? El famoso vídeo de la familia real en la catedral de Palma, debería hacer reflexionar a la sociedad

Los verdugos no suelen esperar a conocer, a cotejar, ni a tener en cuenta los autos de procesamiento, ni las resoluciones judiciales de sus reos, y se limitan a cumplir su función.

En España hay más verdugos que jueces. Hace unas semanas, la sociedad pública española, subió a su patíbulo privado de manera anticipada a tres mujeres: una reina emérita, una reina real, y una Presidenta regional. Asuntos en los que apenas unos días, se ha hecho correr más ríos de tinta azul, que sangre de idéntico color existe en todo el reino.

Uno puede ser republicano o monárquico sin que por ello se vea en la necesidad de perder la humanidad que caracteriza a toda persona. Porque entonces pierde dichos valores de forma automática e instantánea. Lo cierto es que el vulgo no ha sabido distinguir un acto oficial de lo que era un acto privado y familiar. No se trataba por lo tanto en esta ocasión de una disputa entre dos reinas, sino entre una nuera (doña Leticia), y de una suegra (doña Sofía). Primera cuestión.

El segundo dato no es menos preocupante, ya que los españoles continúan viendo a dos reinas, cuando en realidad solo existe una que es la oficial. Algo en cierto modo comprensible si se tiene en cuenta que doña Sofía ha cumplido su labor con una entrega y una discreción encomiables. Una tarea que debido al poco tiempo que lleva en el trono doña Leticia, no ha podido ejercer.

El tercer error en el que ha caído la sociedad ha sido en la trampa de la personalización, esto es, en posicionarse a favor o en contra de uno o de otra, cuando en realidad de lo que se trata es de dos formas o estilos de representar a España y a los españoles: un estilo tradicional, y otro quizás más innovador y adaptado a los tiempos.

La reina emérita sufre al ver a su familia en la distancia. La padece con más intensidad cuando teniendo a los suyos, y sus nietos tan cerca no puede verlos con la misma frecuencia que lo hace la otra familia. Por el contrario doña Leticia, como mujer perteneciente a otra generación más moderna, ha sido educada en un entorno más liberal. Basta con recordar los antecedentes sindicales de su familia. Y al contrario de doña Sofía (a excepción del rey), es partidaria de un modelo más conciliador y equidistante entre la vida íntima y personal de su familia, con respecto a la institución que representa, es decir, del Estado.

El famoso vídeo de la familia real en la catedral de Palma, debería hacer reflexionar a la sociedad sobre varias cuestiones. En primer lugar si la ética personal y profesional, considera que las intimidades palaciegas deben trascender su ámbito privado.

En segundo lugar si a diferencia según dicen de la justicia divina o kármica, se práctica una justicia objetiva y justa (valga la redundancia), cuando se juzga solo la falta y no todas las virtudes que jalonan la vida personal y profesional del presunto o presunta culpable.

Y en tercer lugar si es doña Leticia la que tiene que seguir adaptada a la monarquía tradicional, o es esta la que tiene que adaptar su protocolo a los nuevos tiempos.

José Luis Meléndez. Madrid, 21 de abril del 2018
Fuente de la imagen: commons.wikimedia.org

16 de abril de 2018

El secuestro

Ahora soy un hombre libre que se ha rescatado a sí mismo

Y pensar que un día llamé amor a aquello tan grande que sentí a tu lado. No hay peor exilio que aquel que en contra de su voluntad, abandona su nave y su rumbo, al albur de un destino incierto. Tú sin embargo no pudiste abandonarte. Aquella noche te acercaste y me lanzaste una frase para reclamar mi atención. Luego tomaste mi mano. Todo el grupo allí reunido, se dio cuenta de tus ocultas intenciones.

No dudaste en coger mi mano para robarme el corazón. No soltaste tu nave mientras hubo provisiones de mercancía. Aún me acuerdo de tus bajones tal vez fingidos. De tus órdenes interesadas. Qué bien interpretaste el papel de princesa. De mujer sufrida y abnegada de sus propias metas. Con que rapidez e intensidad palpitaba mi corazón por los dos, mientras el tuyo latía, acompasado a tus intereses.

Aún recuerdo aquellos mil días, dándolo todo por y para ti. Hasta que un día me abandonaste. No supiste estar junto a mí en los días malos. Faltaste al lugar de la cita. No tuviste el valor ni los argumentos para aquella injusta e inmerecida despedida. Al final tuve que ir en tu busca. Como siempre.

No te bastaron mis súplicas. Me dejaste narcotizado con mis falsas idealizaciones. Huiste cuando más te necesitaba, dejándome perdido y sin rumbo, en medio del abismo. Tirado en el suelo, sin fuerzas para levantarme, por el efecto boomerang de tantas emociones entregadas.

¡Qué buena actriz, y que mal figurante! Estabas tan metida en tu papel, que llegué a creerme tu personaje. Tenías la obra estudiada y el escenario controlado. Es posible que hayas leído aquel poema, (“Mil días”), que un día escribí pensando en ti. Que te hayas creído aquellos versos enajenados y locos de amor. No, no fueron mil días. Prefiero callarme los días, las horas, los minutos y los segundos que duró aquel calvario. Aquél eterno síndrome de Estocolmo.

Hoy soy un preso que ha cumplido la condena material y emocional de tu secuestro. Ese fue tu pago a mi buen comportamiento. Ahora soy un hombre libre que se ha rescatado a sí mismo. Y no un rehén sometido a los caprichos egoístas de aquella condena injusta, a la que durante tanto tiempo me tuviste sometido.

José Luis Meléndez. Madrid, 9 de mayo del 2017
Fuente de la imagen: commons.wikimedia.org

9 de abril de 2018

Rasputin o el surfista ruso

Los duelos dialécticos que tienen lugar entre machos, no se parecen en nada a los que tienen lugar entre caballeros

Donald Trump, o lo que es lo mismo, Donald Putin, más conocido como el Ras-Putin americano, se vanagloria del tamaño y de la potencia sexual de su arsenal militar de misiles con forma fálica ante el líder coreano  Kim Jong-un. Y es que desde que Rasputín ha entrado en la Casa Blanca, los Estados Unidos de América, se han convertido en la primera prepotencia mundial de naciones. Bien lo saben los americanos que se avergüenzan de cada uno de los desaires, desmanes y provocaciones públicas a las que los tiene acostumbrados su histriónico Presidente.

Las guerras frías, que ya llevan años, no tienen visos de acabar, mientras los hombres sigan ocupando las presidencias nacionales, ya que los atributos armamentísticos seguirán siendo sin lugar a dudas un factor primordial a tener en cuenta, por encima de la empatía, la comunicación y la concordia entre los distintos países. La testosterona seguirá costando un dinero ingente a los Estados; bueno más bien a los ciudadanos del mundo, que en definitiva somos todos.

Para que los índices de testosterona aumenten, son necesarios varios factores: por un lado otro sujeto, y por otro un escenario de estrés. Esto es lo que le ha pasado a Rasputín y al líder coreano  Kim Jong-un (alias Kinyo), nombre propio que traducido al español según su pronunciación (king-yo-mun), vendría a significar algo así como el rey del yo-yo, es decir, el campeón del narcisismo mundial.

Nadie duda que las eyaculaciones aéreas de los cohetes coreanos, han sido  para la humanidad, pero muy especialmente para Rasputín, una exhibición pornográfica y obscena. De ahí sus rifirrafes a través de Twitter (lugar no muy apropiado para llegar a un entendimiento), entre ambos líderes. Y si no que se lo digan al pajarito de dicha red social, que cambió su canto de “pio-pio-pi” a “cua-cuaa-cuaaa-cuaaaa”.

Los duelos dialécticos que tienen lugar entre machos, no se parecen en nada a los que tienen lugar entre caballeros. El caballero se mueve por el honor, y el macho por la testosterona con la cual suele marcar su territorio. El señor Trump le ha llamado “enano” a Kinyo. Se desconoce si esta alusión al tamaño, va dirigida directamente a su persona o a su “hermano pequeño”. Kinyo, le ha respondido, y le ha llamado “chocho viejo”.

Entretanto los ciudadanos del mundo andan preocupados (con toda razón), por los efectos secundarios de este amor pasional y despechado, así como por los devastadores efectos colaterales (nunca mejor dicho), en los que podría derivar esta tensión sexual, aun no resuelta. Nadie imaginaba que las relaciones sexuales entre países, pudiesen llegar a este estado de sobreexcitación pasional. La habilidad del aparato del coreano, no le ha gustado nada al tamaño del arsenal americano.

El problema como muchos podrían pensar no es de la personalidad del señor Trump, sino que la culpa la tiene el resto del mundo, incluidos algunos psiquiatras de su país, que no entienden el carácter especial del Presidente. La Casa Blanca preocupada por el asunto, y por las dudas que se ciernen sobre su inquilino, ha decidido realizarle un test de aptitud, más que de personalidad. Acto seguido, en vez de ofrecer a la opinión pública un informe psicológico, ha  publicado sus excelentes resultados, en lugar de ofrecer a sus ciudadanos, las pertinentes disculpas por los  desaires, desplantes y desprecios públicos e internacionales a los que tiene acostumbrados el señor Trump al planeta (incluidos animales y plantas).

Lo realmente preocupante es que los psicólogos de la Casa Blanca, aun no hayan dado con los tres mundos en los que se mueve el señor Trump. El primer mundo está formado exclusivamente por él, al cual se debe (Trump first). El segundo está formado por América (América second). Y el tercer mundo está constituido por el resto del planeta (third planet). Se ignora por lo tanto en qué mundo tiene incluidos el Presidente a sus ciudadanos, ya que este siempre sitúa a la nación por encima de ellos.

Hace unos días, el surfista (s-URRS-first-a) ruso, ha cumplido, en contra de no pocos pronósticos, su primer año de mandato. Un tiempo durante el cual, se ha presentado como un americano, más que como un ciudadano del mundo, al cual le preocupan sus problemas. Los tornados, las inundaciones y las impresionantes nevadas que padecen los americanos, son para el Presidente, fenómenos de cuyo origen es mejor no hablar. El cambio climático no importa, y de existir este (cosa que aún no ha reconocido), tendría que adaptarse también a él.

José Luis Meléndez. Madrid, 27 de enero del 2018
Fuente de la imagen: commons.wikimedia.org

2 de abril de 2018

Ejecutados

Los árboles los empuja el aire, pero los tira el hombre en el momento en que deja de preocuparse por ellos

Los árboles nos cuidan desde que nacemos. Nos protegen del sol, purifican nuestro aire. Alegran nuestros barrios y campos, hospedando de forma gratuita (algo no muy común en los humanos), a las aves que por medio de sus cantos, nos hacen reconciliarnos con la naturaleza. Relajan nuestra vista, nuestro oído con el sonido  que el aire produce en sus ramas. Un árbol nos espera siempre en el mismo sitio como el mejor amigo: para lo bueno y para lo malo. Nos ofrece un ejemplo de fortaleza, de adaptación al cambio; de inmensa paciencia y control. Se eleva hacia arriba por encima de nosotros sin perder la humildad y la grandeza que con los años adquirirá su copa.

El árbol no es solo un árbol. Es una enorme ciudad formada por numerosos seres vivos que habitan en él, como es el caso de los líquenes, de los insectos o de las aves. Su savia es más sabia que nuestra sangre, porque está en conexión directa y permanente con su entorno. Estos adorables y bondadosos seres que nunca hacen mal a nadie, y que están desgraciadamente acostumbrados a recibir un trato mucho peor del que ellos nos dan, deberían de tener por la fidelidad y los beneficios que nos reportan día a día, unos mínimos derechos en compensación a su ejemplar comportamiento.

Lo cierto es que desde hace años, pasear por la ciudad se ha convertido para los madrileños, en una actividad más triste y peligrosa que antaño. Triste por los fallecimientos y los heridos que provoca un arbolado mal cuidado debido a una insuficiente inspección por parte de la Administración, y peligrosa para la integridad física y respiratoria de las personas, ya que la calidad del aire empeora cada vez que se tala un árbol. Árboles medio centenarios que han contribuido durante tantos años al bienestar de la ciudad y de sus ciudadanos.

Los árboles ya no mueren de pie como decía el dramaturgo español Alejandro Casona en una de sus obras. Los árboles los empuja el aire pero los tira el hombre en el momento en que deja de preocuparse de ellos. “Porque si la copa de una árbol está bien podada y proporcionada, es muy difícil que se caigan”, me decía un ex jardinero de la urbanización "La Moraleja", vecino de Alcobendas, mientras contemplaba en el suelo uno de estos bellos ejemplares.

A la lista de fallecidos el verano de 2014, en el cual dos hombres murieron (uno en El Retiro, y otro en Santa Eugenia), se ha añadido hace unos días la muerte de un niño de cuatro años. Un auténtico drama para la familia, y un nuevo aviso para el Consistorio. Una muerte no menos triste para los árboles colindantes al fallecido, que habrán notado ese día como sus raíces se soltaban de las suyas propias, para no volver nunca más a sentirles vivos entre las propias. Y es que los ciudadanos desde hace tiempo, se han acostumbrado al sonido escalofriante de las motosierras, y los jardineros, ya no son vistos como aquellos operarios que plantaban y cuidaban los jardines, sino como auténticos verdugos encargados de decapitar las copas y las ramas de los árboles.

Solo el año pasado, el Consistorio reconoce haber talado 10.000 árboles. El Ayuntamiento según sus palabras se ha dedicado a priorizar los trabajos de poda y tala en lugar de compatibilizarlas con los de replantación. Una tala indiscriminada que se ha efectuado “al detectarse en ellos defectos estructurales o de vigor lo suficientemente importantes como para aconsejar su sustitución” (sic). Una sustitución que desde hace años no ven los ciudadanos al lado de los árboles talados (eufemismo de ejecutados). Una bonita forma de agradecer  a la naturaleza los servicios prestados, a la sociedad, y de ahuyentar a las aves que acompañan a sus vecinos, y se cobijan a diario en sus ramas.

La respuesta del Ayuntamiento ha sido el pasado mes de diciembre, la aprobación de un gasto de 30.673.514 euros (que se podría haber desembolsado antes), destinado a resolver incidencias y a realizar inspecciones continuas. Según la delegada de Medio Ambiente, Inés Sabanés se procederá a revisar todos los árboles en edad relativa madura, vieja o decrépita, y que aproximadamente se sitúa en 545.500 ejemplares.

Al parecer en el plan no está incluido el saneamiento de árboles jóvenes que presenten enfermedades, podas deficientes o mal ejecutadas. El plan prevé la renovación tardía y no in situ en el momento de la tala, de un proyecto de renovación del arbolado cifrado en 1.150.700 euros. La intención del Consistorio es que se replanten 770 unidades en los distritos incluidos en el contrato, y 423 en el tramo afectado del Paseo de la Castellana.

Además de este proyecto extraordinario (el de tala ha sido un proyecto más de diario), el Consistorio prevé que se planten entre el año pasado y este un total de 19000 árboles, es decir según sus propias palabras “se plantarán más árboles de los que se han talado” (sic). Ante esta exposición del Ayuntamiento uno se pregunta si es que los ciudadanos van perdiendo vista, o es que el arbolado animado de Cibeles, les impide ver el bosque. Porque no hace falta más que darse una vuelta por distritos como Hortaleza para que sus vecinos les acompañen amablemente a las tumbas verdes abiertas desde hace años en espera de replantación.

El despropósito de la Alcaldía es tan evidente, que hasta el nombre que lleva el proyecto (SER + verde), se aleja de su objetivo, ya que hasta que los supuestos árboles que se planten, no recuperen la frondosidad de sus antepasados, los ciudadanos seguirán respirando una peor calidad del aire. Y como consecuencia de la deficiente inspección demostrada hasta ahora, los ciudadanos tendrán que seguir llamando al Ayuntamiento para recordarle sus funciones como son: corte de césped, poda de arbustos, limpieza de zonas verdes, adoquinado deteriorado, fuentes inoperativas, ramas peligrosas, etc…

La socorrida excusa de los contratos blindados contraídos por el Partido Popular madrileño con algunas empresas adjudicatarias, hasta el año 2021, no es un argumento que debería emplear un Consistorio responsable, ni le exime de sus funciones. Porque si los ciudadanos han padecido (y aún padecen), una grave crisis económica, el Consistorio no les exime del pago de sus tributos, ni del ejercicio responsable que tienen como habitantes de esta ciudad.

José Luis Meléndez. Madrid, 29 de marzo del 2018