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31 de octubre de 2016

¡Ay, señoría!

Ay, diputado de obscena maldad,
Portavoz Adjunto del Gobierno,
veterano Lucifer del infierno,
detestable orador lenguaraz.

Ay, hermano mayor de colegio,
de corta y mediana sonrisa,
de traje y de pija camisa,
tan chungo, tan borde, tan serio.

Ay, gimnasta entusiasta,
de las peores piruetas de frase,
ay, comediante, sin risa, sin clase,
burgués, señorito de casta.

Ay, escorpión de aguijón sin veneno,
con aires de lord genovés,
que defiende lo que no es,
tan cristi, tan demo, tan bueno.

Ay, señoría de tono faltón,
príncipe azulón de los malos modales,
enemigo ideal de amistades reales,
contrario a todo, sin ton ni son.

Ay, marioneta y rehén del banquillo,
potro ajinetado de Guadalajara,
más famoso que popular por su cara,
que por su engominado y repeinado flequillo.

Ay, simpatía falsa del Congreso,
ay, alegría triste del Estado,
ay, perro viejo, fiel y entrenado,
que como presa defiende su hueso.


José Luis Meléndez. Madrid, 3 de septiembre del 2016.
Fuente dew la imagen: Flickr.com

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