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7 de julio de 2015

Grecia y Europa

La construcción del edificio europeo, no es posible sin la arquitectura de una auténtica socialdemocracia europea

Los arquitectos de Europa

Existen personas, quién sabe si de doble nacionalidad, que ante la falta de argumentos, recurren de una manera sistemática, al bolivarianismo venezolano, y son incapaces de ver, el bolivarianismo europeo que padecen sus compatriotas, por parte de La Troika, de las agencias de calificación, y de las políticas alemanas.

El "Loritus patriodiestrus", es una especie migratoria, que aprovecha sus corrientes ideológicas, para volar fuera de su país, y de su realidad más cercana, en busca de alpiste (especialmente venezolano). Una vez en casa, este encantador personajillo de la naturaleza, escupe (de forma inconsciente), sus egagrópilas, sin ningún tipo de escrúpulos ante su auditorio, mientras intenta argumentarlas por medio de frases repetitivas. Su encanto reside en su inocencia, ya que ni el mismo sabe lo que dice, pero aún así, en su afán de superación, intenta explicarlo.

¿Se imaginan que un estado de Norteamérica (EE.UU), mandase sobre los demás estados del país? ¿Lo consentirían las leyes americanas, su presidente, y la Organización de Naciones Unidas? Y si además de o anterior, dichos estados fueran controlados por tres agencias de calificación europeas, en lugar de norteamericanas, ¿no se consideraría intrusismo y abuso de autoridad?

Pues esto es lo que está ocurriendo en Europa, y al parecer los “líderes” europeos, lo ven como algo normal. ¿Es posible una Europa democrática y consolidada, como la de los Estados Unidos de América, en estas circunstancias…?
Los años que llevamos en Europa de retraso social, de sometimiento de unas naciones, con respecto a otras, nos llevan a concluir que no es posible la construcción del edificio europeo, sin la arquitectura de una auténtica socialdemocracia europea.

Los maestros canteros de la antigüedad, poseían los conocimientos necesarios y suficientes, para levantar verdaderos templos como el Partenón de Atenas, que han permanecido erguidos hasta nuestros días. Eran personas muy cultas, viajaban mucho, y se implicaban en su trabajo solidario de elevar por medio de sus creaciones el espíritu de sus moradores y visitantes. Tenían un sentido más que preciso de la medida, del compromiso, y de la obra bien hecha. Convivían en comunidad, bajo los valores de la igualdad.

Si contemplamos hoy el edificio europeo, podemos constatar que la casa, no es una casa común, en la cual caben todos. Antes de cimentar el suelo o el pavimento, con otros valores como la libertad y la fraternidad entre países, se han alzado las columnas del interés económico y financiero, y se ha permitido que entren en su interior los mercaderes para comerciar, con el consiguiente sacrilegio profano de los derechos humanos entre sus socios (que no hermanos) europeos. Los partidos conservadores, “demócrata-cristianos”, han olvidados los principios morales, que debían regir el templo de la humanidad.

La situación de Grecia

Hace más de cuarenta años (desde el último referéndum entre Monarquía y República), que el pueblo griego, precursor de la democracia y de la política, no era convocado a las urnas. El maquillaje de las cuentas públicas, y la pésima gestión del bipartidismo griego, representado por las siglas socialistas y conservadoras Pasoc, y Nueva Democracia, han hecho un flaco favor, a la situación actual por la que atraviesa el país.
La llegada de Syriza hace escasos seis meses al gobierno, han devuelto las esperanzas perdidas a los ciudadanos. En apenas un mes y medio de negociaciones, los representantes europeos, influenciados por la mayeútica socrática de Varoufaquis y Tsripas, reconocían como inexistentes los principios democráticos de la Troika, y no sin un cierto rubor, cambiaron el nombre de La Troika, por el de Las Instituciones.

Los griegos se han sentido escuchados y representados, como así lo han demostrado, los resultados de las elecciones. Las negociaciones han sido duras. El ministro de finanzas griego, ha llegado a calificar la relación del FMI con los griegos de “terrorismo de estado”, al restringir los cajeros de las entidades financieras a la población, e intentar influir de esta manera sobre los resultados de las elecciones.

Mientras que los representantes europeos, han hablado solo de deuda económica, el gobierno de Tsripas, ha hablado también de deuda social, de las condiciones y de los derechos de sus ciudadanos.
La excesiva influencia de los medios privados de comunicación, en defensa del “nain” (sí), han sido en balde. Los ciudadanos han votado con un criterio propio. Como resultado, un rotundo y mayoritario “oxi” (no), a las políticas infructuosas, dañinas, inhumanas y degradantes de la Troika europea.

Los últimos sondeos de los diferentes medios, los cuales apuntaban a un empate técnico, nos han dado una idea de la distancia existente entre los mismos, con respecto a la realidad social de sus habitantes.
Los resultados obtenidos en las urnas, en contra de estos últimos, han demostrado que Varoufaquis y Tsripas, han representado al pueblo griego. Demasiado incómodos y demócratas (populistas para los conservadores), para la Europa actual.
El pueblo griego, ha movido ficha. Varoufaquis se ha desplazado a un segundo plano, para facilitar un mayor y mejor entendimiento. ¿Cuál ha sido la respuesta de Merkel? Que mueva ficha el pueblo griego, y presente una propuesta de “crecimiento..."

¿Qué es lo que han votado los griegos?

Algunas lecturas críticas, culpan a los medios de comunicación privados griegos, de no haber sabido gestionar la información, dando a entender a la opinión pública, que si votaban “oxi” (no), esto equivalía a salir del euro.
Los griegos se han visto en la difícil situación de votar y elegir entre una opción mala, y otra menos mala. Votar “oxi” (no), significaba renunciar a las políticas de recortes sin crecimiento, y a la vez negociar con la fuerza de toda la nación, con la posibilidad de financiarse a través de otros estados, sin salirse de Europa.
Por el contrario votar “nain” (si), significaba seguir con las mismas políticas que han llevado a Grecia a una peor situación, como la actual.

Así pues, los griegos no han votado una salida del euro, como algunos medios de manera interesada, dieron a entender. Han votado no a las políticas de austeridad, que no han funcionado durante seis años, y han votado si, a la integración en una Europa más democrática e igualitaria entre los distintos estados.

Diagnóstico del escenario Greco europeo

Todos los analistas coinciden en apuntar que el caso griego, hay que enfocarlo más como un problema político, que económico. Se trata de saber si queremos una Europa con más valores. Más democrática, solidaria e igualitaria entre estados, y más libre de las garras de La Troika. Si Europa no reacciona ni cambia las formas y el tono (Grecia ya lo ha empezado a hacer, con la retirada a un segundo plano de Varoufakis), es muy posible que se produzca un contagio económico y social a otros países, especialmente del sur, como Portugal, Italia, o España. Recordemos que este último país, tiene reformas pendientes para el 2016, por importe de unos 45.000 millones de euros, según algunos economistas. ¿A qué partidas afectarán dichos recortes? Todo dependerá de la fuerza más votada que resulte de las elecciones generales. Si Europa no cambia de actitud, los griegos, tienen ahora “la ventaja” de acceder a financiarse al mercado ruso y chino, lo cual pone los pelos de punta a Obama.

Orígenes, errores, y efectos de las Instituciones (Troika) europeas

Las políticas injustas y antidemocráticas de la Troika y Alemania, atentan contra los derechos humanos, y son las que han creado las olas democráticas que los sectores conservadores denominan en un gesto de desprecio “populismos”. Merkel, confiada en el resultado afirmativo de los comicios, ha adoptado una actitud pasiva antes del referéndum, bloqueando las negociaciones antes de la celebración del mismo, y Europa ha negociado con una actitud de supremacía económica, sin tener en cuenta los derechos sociales, en los cuales vive la población griega. Se ha concedido una deuda impagable a Grecia. ¿Quién es más culpable, el que ha autorizado la operación, o el que no puede pagarla? Las medidas propuestas, no han dado los resultados esperados, como en otros países del sur.

Grexit: la salida de Grecia de Europa

Algunos economistas apuntan a que la salida de Grecia de Europa, podría tener un impacto en el sistema financiero tres veces superior al que tuvo Leeman Brothers. Si a esto le añadimos, las reformas pendientes de España para 2016, y los futuros y endebles gobiernos de pactos, no sería descabellado descartar una nueva recesión más aguda que las anteriores.

Soluciones

Sería deseable una implicación de EE.UU. Conviene recordar que la actual crisis internacional de Leeman Brothers se originó en este país. La creación de una comisión global, y no meramente financiera, que supervise las distintas arquitecturas sociales, sanitarias, de todos los europeos, con una parte activa de la ONU, y una actuación urgente de políticas expansivas económicas, como el plan Juncker, de forma más intensa en los países del sur, para igualar sus economías a los demás estados de la Europa del norte.

La elaboración inicial de una Constitución europea, antes de la unión económica y fiscal, hubiera sido deseable, la sustitución de las Instituciones (Troika), por un organismo compuesto por economistas independientes, así como la modificación y ampliación del Convenio de Lisboa, y otros tratados, en donde se pudieran contemplar escenarios de excepción como el actual, mediante los cuales se podrían adoptar medidas humanitarias, y judiciales ante las presiones económicas de unos estados sobre otros.

Hay que incentivar económicamente a los estados que realicen, o hayan realizado sus reformas, y no solicitarles más reformas antes que los ciudadanos constaten estos beneficios, de una manera fehaciente. Hay que construir una Alemania europea, y no una Europa alemana.

Conclusión

El pasado día cinco, no solo fueron los griegos los únicos ciudadanos europeos que votaron. De una manera indirecta el resto de paisanos de los distintos estados, han participado activamente en el seguimiento de este proceso democrático.
Los distintos representantes de las naciones, se han dado cuenta que los ciudadanos castigan a los estados que gobiernan de espaldas a ellos, y no están dispuestos a ver más estados humillados. Esperemos que esta vez Europa comprenda el mensaje. Una vez más, en el siglo XXI, el origen de la democracia, vuelve a llamarse Grecia.

José Luis Meléndez. Madrid, 6 de Julio del 2015.
Fuente de la imagen: 20minutos.es

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