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4 de diciembre de 2014

Año nuevo

Ya está aquí el uno de enero. La mágica frontera entre el pasado y el futuro.

Se acaba el año. El otoño ha teñido de ocre los parques, y nos invita a despojarnos de lo superfluo, como hacen los árboles, con sus hojas secas. La savia se vuelve más sabia en el interior del tronco, mientras las aves escondidas, ensayan sus cantos primaverales.

Es tiempo de introspección, de balance, de plantearnos nuevas metas personales y/o profesionales. La emoción contenida intenta refrenar el exacerbado sentimentalismo. El fuego y la luz en las cocinas, alivian la intensa sensación de frío físico y emocional, mientras la intimidad del hogar recupera su marcado protagonismo, y se engalana para la ocasión. Como única hoguera, el calor de la familia, y de la amistad.

Ya está aquí el uno de enero. La mágica frontera entre el pasado y el futuro. Ya podemos “matar el tiempo”, y el año, por medio de la terapia, y el ritual colectivo. La irremediable e innata necesidad de romper, y de cambio, nos hará una vez más, vestirnos de energías renovadas y esperanzadoras, como nuestro amigo el árbol, con cada hoja diaria del nuevo calendario.

José Luis Meléndez. Madrid, 3 de diciembre del 2014.
Fuente de la imagen: Flickr.com

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